.Algunos especialistas responden cuáles son los consejos que ofrecerían para quien tiene dificultad de concentración a la hora de una lectura. Dale un vistazo:
1 – No esperes convertirte en un gran lector de la noche a la mañana. Antes que todo, cuida tu estado mental y has conciencia de que estudiar bien es un proceso que mejora día a día. Entonces, si no te pareció muy bien la lectura de hoy, quizá en una semana la situación mejore.
2 – Si quieres que una lectura sea realmente productiva, desconecta aquello que pueda distraer tu atención. Haz el teléfono a un lado, desconecta la televisión y ni se te ocurra leer mientras, en la computadora, hay una pestaña abierta de Facebook reclamando tu atención. Cada vez que interrumpes la lectura para hacer otra cosa, tu cerebro pierde el hilo de la lectura. Él estaba concentrado en un tema específico, y va a resultar complicado retomar la concentración nuevamente.
3 – Tómate en serio el asunto de elegir un buen lugar para leer un libro. Procura elegir un lugar tranquilo, sin mucho ruido ni tráfico de personas. Las bibliotecas siempre resultan amigables en estos sentidos.
4 – No se trata simplemente de tirarse en un rincón a leer. Es importante prestar atención en la postura y, en este sentido, nada mejor que leer sentado, con la columna recta, las rodillas dobladas a un ángulo de 90 grados y evitando agachar demasiado la cabeza. Leer totalmente acostado, por ejemplo, no es una buena idea.
5 – Aunque no tengas el cerebro de un maestre samurái, la concentración llegará tarde o temprano. Tras 50 minutos de lectura, tomate un receso de 10 minutos. Esta pausa sirve para que te levantes, hagas unos estiramientos, camines un poco, vayas al baño, tomes un vaso de agua, etc.
6 – Todos tenemos un periodo del día en el que nos consideramos más productivos, ¿verdad? Es precisamente en este periodo en el que debes estudiar. Tu reloj biológico puede ser un perfecto aliado.
7 – Algunas personas recurren a la llamada “lectura dinámica”, que básicamente es un método para quien busca una lectura más amena. La técnica señala prácticas como acompañar la lectura con la ayuda de los dedos o establecer metas de tiempo de lectura, así puedes llegar al final de la página y revisar tu progreso de otra forma. Esto no es aplicable a todo, obviamente, pues algunas lecturas son más complejas que otras y exigen releer así como una mayor concentración.
8 – Mantén la atención en el texto, concentra toda tu mente en las páginas que están frente a ti. Cuando alcanzas un buen nivel de concentración, tu lectura se vuelve más rápida y eficiente.
9 – Marca el texto, subraya, apunta, anota. Puedes emplear marcadores de colores diferentes. Haz esto siempre y cuando el libro sea de tu propiedad, por favor. Es muy molesto ir a una biblioteca y encontrarse con un libro lleno de garabatos.
10 – Una de las recomendaciones para absorber bien el contenido de un texto es hacer una lectura rápida de este, primero. Después, en el segundo repaso, hacer la lectura con más calma, concentración y haciendo las anotaciones pertinentes, así, seguramente entenderás el contenido más fácilmente.
11 – Una de las formas más eficientes de aprender algo es leer sobre el tema y resumirlo. Es importante recordar que resumir es hablar sobre lo que acabas de leer con palabras propias, y no solamente ir seleccionarlo trozos del texto. Piensa en un resumen como una forma de explicar a otra persona la información que acaba de llegar a ti. Si puedes explicar de forma correcta, es porqué lo entendiste.
12 – Busca ejemplos siempre que sea posible. En algunos casos, pasamos a entender mejor un tema cuando lo vemos aplicado en la práctica. No siempre es posible encontrar un ejemplo tangible, pero es posible buscar ocasiones en las que determinados conceptos fueron empleados. Ahí todo es más fácil de comprender.
13 – ¿Sabías que el 50% de lo que escuchas se queda en tu memoria solamente tres días? Es por eso que, si quieres almacenar permanentemente alguna información en tu cabeza, lo ideal es hacer anotaciones y revisiones con frecuencia – cuando hacemos esto, el porcentaje aumenta a 90% durante los mismos tres días. Ya las revisiones y anotaciones hacen que el 70% de esta información se quede almacenada en nuestra memoria permanentemente.
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